Escribe Daniel Fernández, Superior de Distrito de México, originario de España:
A veces surgen de la nada oportunidades que nunca imaginarías. Eso me pasó a mí cuando oí hablar del programa MYL (Marist Youth Leaders). Pedí información al P. Mark Walls, un padre marista de Nueva Zelanda. Me respondió con una generosa invitación a participar en este programa que lleva a cabo desde hace casi 25 años con los 9 colegios maristas de Nueva Zelanda. Esto es parte de la magia que aparece cuando los maristas trabajan en red. Durante una semana, chicos y chicas del último curso de secundaria aprenden y desarrollan habilidades fundamentales de liderazgo como el trabajo en equipo, una vida centrada en los principios, ser proactivos, la perseverancia, el liderazgo de servicio… Es una gran manera de preparar a nuestros jóvenes para que acepten sin miedo la difícil tarea del liderazgo. Esto es algo que necesitamos en México y en cualquier parte del mundo marista.
Además, pudimos descubrir un país hermoso, tranquilo, lleno de rincones maravillosos y de una cultura propia, la maorí, que te invita a la comunión con la naturaleza y al contacto con tus raíces. Allí encontré también mis raíces maristas, ya que Nueva Zelanda fue uno de los destinos de los primeros maristas en Oceanía Occidental en 1838. La obra del obispo Pompallier y de los maristas sigue siendo recordada y muy valorada en aquel país. Así pues, me siento agradecido y privilegiado por todo lo que viví y aprendí en las tres semanas que pasé allí, en compañía de dos profesores de la escuela franco-inglesa de México. Un tiempo para volver a mis raíces, descubrir nuevas realidades y comprobar que la conexión marista entre diferentes partes del mundo sigue viva y dando vida. María, Reina de la Sociedad de María, haz fecunda la obra de tus hijos.