Reza con nosotros
Aprender de la presencia contemplativa de María
María estuvo presente en el nacimiento de la Iglesia en el momento de Pentecostés orando en medio de los apóstoles. Su lugar no es de privilegio, sino de simple discípula de Jesús, intercediendo por las necesidades del mundo salvado por su hijo. Al unirse a María en este ministerio de oración, los maristas siguen realizando su obra, no recitando oraciones especiales, sino siendo su presencia en la Iglesia, intercediendo por los que luchan, buscando un sentido a la vida y por los menos privilegiados de nuestro mundo.

Vivir el Espíritu de María
Puesto que nuestra vocación es ser en el mundo de hoy una presencia especial de María, haciendo la obra de Dios a la manera de Ella, los maristas tienen presente a esta mujer que, por una elección llena de gracia, los llamó y les dio su nombre. Para reforzar los lazos que nos unen a ella, tenemos en gran estima las prácticas en su honor tradicionales en la Sociedad de María.
»Por llevar el nombre de María, los maristas desean ser como ella y seguir a Jesús como ella lo hizo. Contemplando a María en los misterios de Nazaret y Pentecostés y su papel al final de los tiempos, llegan a compartir su celo por la misión de su Hijo en su lucha contra el mal, y a responder con prontitud a las necesidades más urgentes del pueblo de Dios.»
(Constituciones de la Sociedad de María 8)
»Como maristas, deseamos respirar el espíritu de María, ser humildes y obedientes, y negarnos a nosotros mismos por amor a Dios y al prójimo… María, nos inspira valor: para crecer en la santidad personal, para trabajar por la salvación de nuestro prójimo, y para mantener la fe de la Iglesia católica y defenderla con todas nuestras fuerzas. Persiguiendo estos objetivos en el espíritu de María, contribuiremos a renovar la Iglesia a su imagen, una Iglesia servidora y peregrina».
(Constituciones de la Sociedad de María 9-10)
Salve Regina
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve !
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros, santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
Siguiendo el ejemplo de los primeros misioneros maristas, seguimos rezando por las personas para que acojan la alegría del Evangelio y en apoyo de la misión evangelizadora de la Iglesia.
Oración de Consagración a María
Oh María, Reina y Señora mía, me entrego a tu custodia y encomiendo a tu especial cuidado mi cuerpo y mi alma, en este día y durante todos los dias de mi vida.
A ti encomiendo mis esperanzas y consuelos, mis dificultades y penas, mi vida y mi muerte; para que por tu intercesión y méritos, todas mis acciones sean dirigidas y dispuestas según tu voluntad y la de tu Hijo. Amén.
Oración a Nuestra Señora de la Evangelización (por San Juan Pablo II)
Oh María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia,
somos conscientes del papel que desempeñas en la evangelización de las almas que aún no le conocen. Sabemos cómo los misioneros llegaron con la fuerza del Evangelio de Cristo y te confiaron el éxito de su trabajo.
Como Madre de la Divina Gracia, acompañaste a los misioneros en todos sus esfuerzos.
Y como Madre de la Iglesia presidiste todas las actividades de la evangelización y de la implantación del Evangelio en el corazón de los fieles. Sostuviste a los misioneros en la esperanza y llenaste de alegría a cada nueva comunidad que nacía de la actividad evangelizadora de la Iglesia.
Estabas allí con tu intercesión y tus oraciones, mientras se desarrollaba la primera gracia del bautismo, y mientras aquellos que habían recibido la vida nueva en Cristo, tu Hijo, llegaban a la plenitud de su vocación cristiana.
Te pedimos, María, que nos ayudes a cumplir esta misión de evangelización que tu Hijo ha confiado a su Iglesia y que nos corresponde a nosotros. Conscientes de tu papel de Auxilio
de los cristianos, nos encomendamos a ti en la tarea de llevar el Evangelio al corazón y a la vida de todos los hombres. Te confiamos nuestro mandato misionero y encomendamos totalmente nuestra causa a tus oraciones.
Alabado sea Jesucristo, tu Hijo, junto con el Padre y en la unidad del Espíritu Santo;
gloria y acción de gracias por los siglos de los siglos. Amén.
Amén.
Oración Sub Tuum Praesidium
La Oración Sub tuum - encontrada por primera vez en un papiro griego, hacia el año 300 d.C., es la oración a la Virgen más antigua que se conoce.
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
No desoigas la oración de tus hijos necesitados,
antes líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!
El Venerable Juan-Claudio Colin: una vida fiel al espíritu de María
El Venerable Juan-Claudio Colin (www.jeanclaudecolin.org), nuestro fundador, tenía un profundo sentimiento de estar llamado a compartir la misión de María de atraer a todos los hombres hacia Dios con »un solo corazón y un solo espíritu». Rezamos por su beatificación:
Dios lleno de amor, que inspiraste a Juan-Claudio Colin una vida fiel al Evangelio y al espíritu de María. Si es tu voluntad que sea honrado como santo para gloria de tu nombre, muéstranos el favor de que goza ante tus ojos concediéndole la gracia o las gracias que ahora te pedimos por su intercesión (pedir la gracia que se desea): Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén

Red de Oración de Intercesión de la Familia Marista
Todos tenemos la capacidad de rezar por otros en nuestra oración, y necesitamos que otros recen por nosotros. La red de oración es una oportunidad para establecer vínculos entre comunidades e individuos de todo el mundo para rezar por actividades específicas de la misión marista. Te invitamos a unirte a nuestra red de oración. Ponte en contacto con nosotros enviando un correo electrónico a provincialsecretary@maristeurope.eu